Cuando el oncólogo neoyorquino Gabriel Sara se acercó a la actriz y directora de cine francesa Emmanuelle Bercot, tras la proyección de una de sus películas en Manhattan, estaba pensando a lo grande.[1]
Nunca soñó que ella pensaría en grande.
"Pensé que tal vez haría una película sobre algunas de mis creencias", dijo.
"Señora, ¿le gustaría entrar en las trincheras del cáncer?", le preguntó, invitándola a recorrer el servicio de oncología de Mount Sinai West.
Ya fuera por el francés parisino del médico de origen libanés, por su amable saludo a dos manos o por el brillo perpetuo de sus ojos, algo convenció a Bercot para ir. Después de la visita, decidió basar toda una película en la filosofía del médico sobre la muerte, e incluso le dio el papel de uno de los protagonistas.
Sin formación formal en interpretación, "es increíble y prodigioso lo que hizo", compartió Bercot en una entrevista en el Festival de Cannes de 2021, donde se estrenó la película Mientras esté vivo (De Son Vivant).[1]
"Llevamos a un hombre del Departamento de Oncología a un plató de cinematografía, y consiguió ser tan real y auténtico como en su consultorio", explica.
El Dr. Sara comentó que la autenticidad le resultó fácil, dado que "gran parte de mi diálogo –quizá la mayoría– procedía de cosas que compartía con Emmanuelle", indicó en una entrevista con Medscape Noticias Médicas. "Ella tomó la información de mí y creó toda la historia. Estudió mi personaje y se le ocurrieron todos los mensajes que yo quería compartir".
También dijo que actuar junto a profesionales no le intimidó una vez que se dio cuenta de que simplemente se estaba interpretando a sí mismo. "En algún momento... algo hizo clic. Permitan que deje de actuar, debería ser yo mismo", recordó.
Mientras esté vivo, interpretada en francés, fue nominada a mejor película en los Premios Lumières de 2022. Narra la historia de un paciente masculino de 39 años (interpretado por el actor francés Benoît Magimel) al que se le diagnostica un cáncer de páncreas en estadio 4 y del viaje, junto con su madre (interpretada por la célebre actriz Catherine Deneuve), a través del diagnóstico, la negación y, finalmente, la aceptación de su muerte.
También es la historia de un oncólogo, interpretado por el Dr. Sara como él mismo, que lleva a su paciente de la mano y se niega a endulzar la verdad, porque cree que solo afrontando los hechos los pacientes pueden seguir viviendo –y luego morir– en paz.
"Nunca me oirá decir que le curaré el cáncer. Sería un mentiroso si lo hiciera", le asegura a su paciente en la película.
Mientras esté vivo, protagonizada por el Dr. Gabriel Sara en el papel de un compasivo oncólogo, fue nominada a la mejor película en los Premios Lumiére del 2022 en Francia.
"Los pacientes ponen su vida en tus manos, así que si no les dices la verdad, los estás traicionando", explicó en la entrevista. "Me he negado a ver a pacientes cuya familia no les permitía venir a la consulta para oír la verdad... Nadie oye la verdad y se siente muy bien al día siguiente, pero la verdad les ayuda a centrarse en lo que tienen que tratar, y una vez que se centran, tienen el control... Gran parte de lo terrible para los pacientes es esa pérdida de control".
El enfoque puede sonar duro, pero en la película se retrata con ternura. "Tu madre cree que las medias verdades te harán la mitad de daño", le dice a su paciente con dulzura, pero "lo que más miedo da es darse cuenta de que alguien te está mintiendo... Tenemos un duro viaje por delante, no hay lugar para las mentiras... Para mí, la verdad no es negociable".
El Dr. Sara rebosa de historias de pacientes reales cuyas vidas se vieron enriquecidas y fortalecidas por la claridad que obtuvieron al conocer toda la verdad.
Sin embargo, no todos los oncólogos están de acuerdo con su enfoque.
Tras proyectar la película en otras partes del mundo, e incluso en Estados Unidos, se ha encontrado con algunos médicos que no están de acuerdo con su inflexible honestidad. "Siempre hay alguien que dice que en Estados Unidos se dice la verdad, pero en nuestra cultura no, la gente no está acostumbrada. Lo oigo todo el tiempo", afirma.
"Y hace mucho tiempo decidí que no iba a aceptar esa conversación. La verdad funciona con todos los pacientes de todas las culturas", insiste el Dr. Sara. "Sin embargo, como cuidadores, tenemos que ser sensibles y estar presentes en el tipo de cultura con la que tratamos. El contenido tiene que ser siempre de franqueza a 100%, pero adaptamos nuestro lenguaje al estado cultural y emocional del paciente para transmitir con éxito el mensaje", reflexiona.
Ayudar a los pacientes a digerir la noticia de su diagnóstico y pronóstico ha sido también la receta del Dr. Sara para sobrevivir en su propio trabajo. Ahora, con 68 años y recién jubilado como director médico de la Unidad de Infusión de Quimioterapia y director ejecutivo de la Iniciativa de Servicios al Paciente de Mount Sinai West, considera que salió de 40 años de práctica sin desgaste profesional por haber aprendido a dedicar tiempo a cada paciente.
Benoît Magimel, a la izquierda, y el Dr. Gabriel Sara en la película De Son Vivant (Mientras esté vivo). Magimel interpreta a un paciente con cáncer de páncreas y el Dr. Sara, a su oncólogo.
"Mi receta es el tango", sonríe. Las actuaciones regulares de tango en su sala de oncología fueron una de las muchas técnicas de la vida real que Bercot incorporó a la película. "Creo que tenemos que bailar muy cerca de las emociones de nuestros pacientes. Tenemos que sentir la emoción de nuestros pacientes y trabajar con ella. Si no te mueves en armonía con tu pareja, tropezarán juntos y ambos caerán", dijo al público tras una proyección de su película en Nueva York.
"Intento aislar completamente mi mente de cualquier otra cosa para estar con el paciente –en eso consiste para mí la presencia–, estar a su lado, cerca de ellos. Pasar todo ese momento con ellos. Eso es lo que hará que la consulta sea realmente útil, y me hará sentir que puedo pasar a la página siguiente sin sentirme agotado por la primera".
Una escena clave de la película se produce cuando la madre del paciente se queda atónita al descubrir una alegre presentación de tango en la sala de su hijo, y se enfrenta airada al médico.
"Es como si lo abandonara", dice entre lágrimas cuando el médico la insta a aceptar que la quimioterapia de su hijo ya no funciona y a dejarlo vivir lo que le queda de vida. "Dele permiso para irse", la insta. "Sería su mayor regalo de amor".
El Dr. Sara fomenta un enfoque similar entre su personal. Les advierte sobre el "síndrome del héroe", en el que se hace sentir a los pacientes moribundos que tienen que "aguantar" y "luchar" por el bien de sus cuidadores y familiares.
"El paciente nunca pidió ser el héroe, pero nuestra actitud le dice que lo es", dice en la película. "Eso lo coloca en un callejón sin salida intolerable, porque piensa que si se rinde, si muere, está traicionando a sus 'fanáticos', a su familia, amigos y cuidadores. Necesita exactamente lo contrario: ser liberado. Necesita permiso para morir. Ese permiso se lo dan dos personas: su médico y su familia".
Por supuesto, no todos los enfermos de cáncer tienen un pronóstico tan sombrío y el Dr. Sara es el primero en seguir adelante si lo considera oportuno. "Si, solo si, no hay opción para ellos, voy a ser agresivo para protegerlos. Pero cuando hay una enfermedad curable, haré lo imposible para intentar tratar a mi paciente. Estoy dispuesto a darles fármacos tóxicos y a llevarlos de la mano, a hacerles pasar la tormenta si creo que eso va a curar lo que tienen, y los entrenaré para que acepten estar enfermos".
En la película –y en la vida real–, el Dr. Sara suele tocar la guitarra en las sesiones de música del desayuno con su personal, en las que los anima a expresar sus sentimientos sobre las luchas de los pacientes.
También cree en el contacto físico con el paciente. "Si tenemos cierta intimidad con el paciente, al menos podemos palpar el tipo de persona que es", reflexiona. Pero Nada, su mujer, señala que a veces los exámenes físicos pueden poner nerviosos a los pacientes. "Me dijo que si tenía una corbata, se podrían divertir mirándola". Así empezó la colección del Dr. Sara de unas 30 corbatas divertidas decoradas con unicornios o medusas adaptadas a las preferencias de los diferentes pacientes.
En la película, su paciente se burla de él por esta rareza, pero el Dr. Sara insiste en que es un pequeño gesto que tiene significado. "Una paciente me contó una historia sobre los insectos del amor (Plecia nearctica). Las veía en la cocina cuando se sentía bien, así que se convirtieron en un signo de esperanza para ella. Le conté la historia a mi mujer quien me compró una corbata con estos insectos. Mi paciente se puso muy contenta cuando me vio con ella puesta".
En la película –y en la vida real– el Dr. Sara solía tocar la guitarra en las sesiones musicales de desayuno con su personal, en las que los animaba a expresar sus sentimientos sobre las luchas de los pacientes. "Si lloras, no te avergüences. Tu paciente sentirá que estás con él", dice en la película. En las escenas finales, con una corbata cubierta de nubes, se despide de su paciente con lágrimas en los ojos. "Son sinceras las lágrimas", recuerda. "Porque realmente sentí que estaba mirando a un paciente moribundo. De verdad".
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CRÉDITO Imagen principal: Dr. Gabriel Sara Imagen 1: Dr. Gabriel Sara Imagen 2: Les Films du Kiosque Imagen 3: Les Films du Kiosque Imagen 4: Dr. Gabriel Sara
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Citar este artículo: Un oncólogo protagoniza una película y comparte su filosofía sobre la muerte - Medscape - 1 de marzo de 2023.
Esta noticia fue publicada originalmente en Medscape.com, el 21 de febrero de 2023.